El gerente de Vivienda del Ayuntamiento de Barcelona, Javier Buron, ha participado en la jornada Viviendas que hacen ciudad, organizada en el marco de la feria Construmat, donde ha expuesto distintas experiencias internacionales que refuerzan la necesidad de regular el mercado de la vivienda de alquiler.
Durante la primera sesión de la tarde, titulada Retos y dificultad a la hora de generar alquiler asequible, Buron ha hecho referencia al caso de Berlín, donde la ley garantiza un equilibrio de viviendas con diferentes regímenes de tenencia que permiten garantizar un mercado justo y asequible: viviendas de alquiler social, viviendas de alquiler privado con un precio limitado y viviendas privadas en el mercado libre.
El gerente de Vivienda también ha hablado sobre el modelo francés, donde los trabajadores destinan una parte de su sueldo (hasta el 1%) a un fondo que se utiliza para crear un parque de vivienda social para los socios trabajadores.
Más allá de ideologías políticas y de su repercusión social, Buron ha defendido que cada vez más economistas a nivel mundial reconocen los efectos positivos de la regulación del mercado de alquiler sobre la economía de las ciudades.
El caso holandés: regulación estatal de los precios de alquiler
Jeroen Van der Veer, representante de la Federación de Housing Associations de Amsterdam, que gestiona 2,4 millones de viviendas de alquiler. Van der Veer ha explicado algunas de las medidas implantadas para proteger el alquiler social y garantizar un parque de viviendas digno y asequible para la población.
La tradición de las asociaciones de vivienda ha permitido que, en Holanda, la vivienda social represente un 32% de las viviendas de alquiler (en comparación al 2% de España).
Sólo en Amsterdam hay 9 asociaciones de vivienda que se reparten por todos los distritos de la ciudad y defienden los intereses de los inquilinos. Las asociaciones de vivienda se convierten en promotores de vivienda: los beneficios que obtienen, los utilizan para invertir en la creación y rehabilitación de más viviendas sociales.
Al mismo tiempo, el gobierno holandés regula los precios del alquiler a nivel estatal, mientras que las administraciones locales establecen acuerdos de actuación con las asociaciones de vivienda y las plataformas de alquiler. Por ejemplo: en Amsterdam hay unos 15.000 apartamentos anunciados a Airbnb, pero por ley sólo se pueden alquilar un máximo de 60 días el año.
Sindicatos de inquilinos para promover un mercado de la vivienda más justo
Barbara Steenbergen, representante de la Unión Internacional de Inquilinos (IUT), ha defendido el régimen de alquiler como un modelo de vivienda que aporta seguridad y estabilidad, tanto para los inquilinos como para los propietarios.
Aunque en España se prioriza la compra de vivienda, Steenberger ha señalado que los países con un nivel de estabilidad habitacional más alto es donde hay un porcentaje mayor de viviendas de alquiler, por ejemplo en países como Suiza, Alemania, Austria, Holanda, Suecia o Dinamarca.
“Para que el mercado del alquiler funcione, una eventual regulación de los alquileres debería incorporar derechos y deberes para ambas partes: propietarios e inquilinos”, ha asegurado.
Así, la regulación del alquiler debería incluir criterios para determinar el precio (ubicación, medida, antigüedad, equipamiento y tipo de construcción), establecer limitaciones más severas en las zonas más afectadas por la gentrificación e incluir cláusulas anti-especulación que impidan echar al inquilino aunque el piso cambie de propietario.
“La vivienda no es sólo un bien a nivel económico, sino a nivel social: la propiedad de una vivienda implica obligaciones y su uso también debe realizar un servicio público”, ha concluido Steenberger, que se ha mostrado muy satisfecha por la reciente creación de un sindicato de inquilinos en Barcelona.
Por su parte, Patricia Val Hevia, representante del programa Bizigune del gobierno vasco, ha expuesto las ventajas de este programa de captación de vivienda vacía para generar un parque de alquiler asequible, que hasta ahora ha conseguido captar 4.500 viviendas destinadas a personas que no tienen suficientes recursos para acceder al mercado libre.
La covivienda, un modelo de éxito
El cuarto bloque de la jornada ha servido para exponer experiencias de covivienda de éxito tanto en España como a nivel internacional. La asesora de vivienda del Ayuntamiento de Barcelona, Vanesa Valiño, ha explicado que el gobierno municipal tiene como objetivo “aprender de las experiencias internacionales, que en otros lugares tienen un largo recurrido, y llevar a Barcelona lo mejor de lo mejor”.
La arquitecta sevillana Eva Morales, experta en la movilización de vivienda vacía a través de proyectos colectivos, ha destacado que los proyectos estudiados presentan como característica común el hecho de poner en diálogo los agentes que intervienen en el proceso para que puedan actuar de forma conjunta: los propietarios, los ciudadanos, la administración pública y el mercado.
Desde otra perspectiva, Pete Kirkham, copresidente de la federación francesa de cooperativas en cesión de uso Habicoop, ha expuesto la experiencia de acompañamiento técnico en los procesos de generación de vivienda colectiva. “Unir esfuerzos con asociaciones que promueven la covivienda hace más fácil la creación de cooperativas”, ha asegurado Kirkham.
Aunque la covivienda es poco conocida en España, empiezan a surgir proyectos e iniciativas para impulsar este nuevo modelo de vivienda. Además de los proyectos de covivienda impulsados en solares municipales, durante la jornada se ha presentado el ejemplo de Trabensol: un proyecto de vivienda cooperativa levantado por una comunidad de personas jubiladas a Madrid.
Construida en un entorno rural, Trabensol ha desarrollado una promoción de 54 apartamentos individuales en los cuales viven actualmente 83 personas. Paloma Rodríguez y Victoria Lerroux fueron las encargadas de presentar el proyecto, un ejemplo de covivienda social y de diseño colaborativo con los equipos técnicos a fin ajustarlo a las necesidades de las personas que tienen que habitar allí.
La sesión ha finalizado con una intervención de la arquitecta india Anupama Kundoo, experta en el diseño de viviendas de bajo presupuesto. Kundoo ha defendido una mirada alternativa a la construcción de viviendas y ha lamentado que se piense más “en la inversión que en la construcción de un lugar para vivir” en un mundo donde, además, cada vez hay más migraciones y los salarios no consiguen cubrir el gasto que comporta la vivienda.